Por Pedro Danemann
Cineasta y profesor de audiovisual
Como profesor del curso «Haciendo Mi Primera Película», proyecto de impacto social organizado por el Latin American Training Center-LATC y varios copatrocinadores locales en Río de Janeiro, Brasil, tengo el honor de ser testigo de la transformación de vidas y comunidades a través del poder del cine. Este curso, dedicado a personas de comunidades marginadas (favelas) y barrios periféricos, abre puertas que a menudo permanecen cerradas para estas áreas de la ciudad. Esta iniciativa no solo enseña los fundamentos de la producción cinematográfica, sino que también proporciona una poderosa herramienta de expresión artística, esencial para dar voz a historias que rara vez se ven en las pantallas grandes de Brasil.
Enfoque y Metodología
El curso cubre todos los aspectos fundamentales para la realización de una película. Desde la concepción de la idea, pasando por la escritura del guión, hasta las técnicas de filmación y edición, utilizamos herramientas accesibles como los teléfonos móviles, democratizando aún más el proceso creativo. Este enfoque práctico y accesible permite que cualquier persona, independientemente de su condición financiera, pueda expresarse a través del cine.
La metodología es participativa e inclusiva. Todos los participantes tienen voz y sus ideas se debaten en grupo. Este espacio de libertad para crear y escuchar es esencial para el desarrollo de una narrativa colectiva e individual. En el cine, la alteridad — el encuentro con el otro — es una característica fundamental. Promover este encuentro es crucial, pues amplía los horizontes de los participantes y permite que sus historias locales resuenen con personas de diferentes contextos alrededor del mundo.
Impacto y Protagonismo
Al final del curso, cada participante habrá realizado un cortometraje, un logro que celebramos en una muestra especial y ceremonia de clausura. Este evento no es solo una exhibición de películas; es una gran celebración de los logros de nuestros estudiantes. Invitamos a familiares, amigos, miembros de las comunidades retratadas y a los medios de comunicación a ver estas películas, generando una sensación de importancia y protagonismo entre los participantes. Ver sus historias proyectadas en la pantalla del cine es una experiencia transformadora.
Si tu historia es lo suficientemente interesante como para ser proyectada en un cine, entonces es importante. Al hablar de sus comunidades, nuestros estudiantes hablan sobre el mundo entero, mostrando que el arte trasciende las barreras geográficas y sociales.
Como profesor de este proyecto, veo el curso «Haciendo Mi Primera Película» como un faro de esperanza y transformación. Ofrece a los participantes no solo una habilidad técnica, sino una nueva perspectiva sobre sus propias vidas y potencial. Cada película realizada es una prueba del talento y la resiliencia de estos jóvenes cineastas que, a pesar de las adversidades, logran crear obras que emocionan e inspiran.
Conclusión
«Haciendo Mi Primera Película» es más que un curso de cine; es una plataforma de transformación social. Permite que aquellos que tradicionalmente son excluidos del proceso audiovisual brasileño encuentren sus voces y cuenten sus historias. Al ofrecer una metodología inclusiva y accesible, el curso promueve la diversidad y amplía los horizontes de los participantes. El cine se convierte así en un espejo donde las comunidades, a menudo marginadas, pueden ver reflejadas sus propias historias de lucha, resiliencia y esperanza.